Encontrado en Carrefour por 3,80 euros, este vino me sorprendió porque conociendo las bondades de los vinos de la ribera del Mosela y su excepcional Riesling, era algo extraño encontrarlo en un hipermercado generalista. Parece ser que los gustos europeos van llegando poco a poco a nuestro país, y de ese modo intentar abrir un poco la estrechez de miras de algunos.
Quien crea que hemos encontrado aquí una joya enológica ya puede dejar de leer este post, pero creo que es un vino muy correcto para tomar fresco en verano, posiblemente mejor como aperitivo, aunque podría acompañar perfectamente una comida asiática o un postre como una brocheta de frutas, o un helado de cítricos.
A la vista, se presenta con un amarillo pálido ligeramente impregnado de colores verdosos.
En nariz destaca la presencia de cítricos (limón, piel de naranja, pomelo) y algo de albaricoque, junto con cierta mineralidad (punta de lápiz).
En boca se nota principalmente su acidez, que incluso puede a llegar a ser un tanto exagerada, sin llegar a molestar, y su ligero dulzor que lo hace bastante agradable. Persisten los sabores cítricos.
En conjunto es un vino que entra muy bien con los calores del verano, y a la vez ligero con sus 8,5 grados de alcohol. Personalmente creo que tiene una buena relación calidad-precio, y puede ayudar a los que quieran iniciarse en probar los vinos de esta región alemana, por su buen precio y la facilidad de encontrarlo en una gran superfície.
Tomado con un aperitivo a base de papas, mejillones, boquerones y buena compañía es una muy buena opción.
Habrá que probarlo con alguna comida asiática, y compararlo con algún gewurztraminer alsaciano que esté en su línea de precio, como el A. Zirnhelt que venden en Makro.
Tipo de vino: Blanco sin crianza.
Zona: Mosel-Saar-Ruwer (Alemania)
Varietales: Riesling
Graduación: 8,5º
Valoración Gastrodelia: 7.70/10
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