Se trata de un vino portugués, de la región de Alentejo, elaborado con las variedades aragonés, cabernet sauvignon y trencadeira.
Presenta un color picota profundo y denso, con un ribete amoratado que tinta la copa con lágrimas que descienden lentamente.
En nariz, es complejo y te hace disfrutar intentando encontrarle todos los matices. Hay moras, grosellas, algo de compota de ciruelas, tal vez algo de cacao, chocolate y un ligero toque láctico, como a yogur.
Esto se nota muchísimo más en boca, sobretodo por una grata acidez que magnifica aún más los sabores y ese recuerdo lácteo que incluso se prolonga en el retronasal. Posiblemente con un añito o dos más de botella, podría estar espectacular.
Un vino a tener muy en cuenta, y que es un exponente de los buenos caldos que elaboran nuestros vecinos de Portugal.
Gracias al "mesonero" Alfonso, de Malkebien, por hacernos este descubrimiento. ;)
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