Hacía años que habíamos probado el vino Megala, y desde entonces es uno de nuestros favoritos. Teníamos pendiente probar su nueva creación, y la que supone el tope de gama de Bodegas Enguera, el Sueño de Megala. En nuestra visita del 8 de julio a Maridaje, se dieron las circunstancias propicias: el vino estaba en la vinoteca, las copas adecuadas, el sitio, los amigos...ni lo dudamos.
Para quien no lo conozca, decir que se trata de un vino de la D.O. Valencia, producido por Bodegas Enguera, con un 60% de monastrell y el resto repartido a partes iguales entre la merlot y la tempranillo. Tiene una crianza de 22 meses en barricas nuevas de roble francés, y una graduación alcohólica de 14,5º.
A simple vista, y cuando empezaron a servirlo en las copas, ya se escapó algún “ooooh” de admiración entre los asistentes y las sonrisas se dibujaron en algunos de nuestros rostros...ya se adivinaba que podíamos estar ante un gran vino por su intenso color picota oscuro y el ribete violáceo.
A cierta distancia de la copa ya se notaba su potente aroma, que al acercarlo a la nariz se hace elegante, opulento y complejo. Destaca inmediatamente la fruta roja, sobretodo en forma de compota de grosellas y ciruelas, junto con los toques aromáticos de la madera que son ligeros, perfectamente ensamblados y que no se superponen a la fruta. También se apuntó notas de regaliz o de mentolados, entre las sensaciones que nos despertó.
En boca, se presenta sedoso, aterciopelado, robusto, con una acidez correcta y volviendo a llenar el paladar con la sensación frutal. Es intenso y de postgusto largo.
Impresión general: Un vinazo que nos encantó, para disfrutar de sus aromas y paladearlo tranquilamente. Una maravilla hecha en la Comunidad Valenciana.
Nota media Gastrodelia: 9,5/10
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