domingo, 15 de abril de 2012

Presentación de la D.O. Valdeorras en Valencia

El pasado jueves 12 de abril, fuimos invitados a la presentación en Valencia de los vinos de la D.O. Valdeorras, que se realizó en el salón Mare Nostrum del hotel SH Valencia Palace.
La D.O. Valdeorras se sitúa en la parte sureste de la provincia de Ourense, estando bañada por las aguas del río Sil, que da lugar a un profundo valle donde se cultivan unas 3000 hectáreas de las siguientes variedades de uva:
Blancas: Godello, Doña Blanca y Palomino.
Tintas: Mencía, merenzao, garnacha tintorera, tempranillo, brancellao y sousón.


Tanto la Godello como la Mencía son las variedades que han dado fama a Valdeorras, donde desde tiempo de los romanos existen cultivos de uva, pero que por diversos motivos demográficos, sociales y económicos sufrió un retroceso en la producción vinícola, hasta que el esfuerzo de varios viticultores se materializó en la concesión de la categoría de Denominación de Origen en 1977.
Viñedos en Valdeorras

La existencia de vides centenarias, pero no aprovechadas para la producción de vino de calidad, ha supuesto el que hayan tenido que invertir grandes cantidades económicas en medios de producción y tecnología para conseguir que esas excelentes plantaciones consigan dar los buenos vinos que hoy en día empiezan a ser reconocidos en nuestro país y en el extranjero.
En la zona de la presentación pudimos encontrar a amigos relacionados con el mundo del vino como Bertrand Mazurier, de la tienda Solo Queso en el mercado de Ruzafa, Juan Ferrer y Rebeca García de Enópata, Jorne Buurmeijer de La Salita, el presidente de la Asociación Valenciana de Sumilleres Rafael Pérez (restaurante Pelegrí), Nacho Larrauri (responsable de la bodega de Makro Valencia) o Sol Barrado y Juanjo Pomer del Club Enópata, entre otros.
Con Nacho Larrauri

El primer vino que probamos de la mano de Inmaculada López de Bodegas Ruchel fue el blanco monovarietal Ruchel Godello 2011, que nos sorprendió por sus aromas a cítricos y de melocotón o albaricoque. En boca es suave y con la acidez característica de estos vinos, lo que le da una frescura y amplitud muy interesante.

Otra de las bodegas allí presentes y que tiene buena distribución en Valencia es Valdesil, de quien pudimos volver a probar su Valdesil criado sobre lías que ofrece las notas frutales características de la Godello pero con una mayor sensación glicérica y de voluptuosidad en boca.

En el puesto de Godeval, teníamos a nuestro amigo Simón Alcantud, responsable de AL.VA.SA (http://www.alvasa.com/) y distribuidor en exclusiva de estos magníficos vinos. Según su nota de prensa:
Desde que Robert Parker probara los vinos de esta bodega, cada vez han sido más altas las valoraciones que les ha concedido hasta que ‘Viña Godeval 2006’ obtuvo 90 puntos, evaluación que revalidó con la siguiente añada. La influyente revista estadounidense Wine Spectator también concedió 90 puntos a ‘Godeval 2006’. Ambas puntuaciones otorgaron a los vinos de la bodega relevancia, tanto comercial como prestigio, además, los críticos de la revista a finales de 2007 calificaron a ‘Godeval’ como el mejor vino blanco español en relación calidad-precio dentro de una selección de los 250 mejores vinos del mundo. Poco después Wine Spectator incluyó a Godeval en la esperada lista de los Top 100 mundiales, uno de los principales acontecimientos anuales dentro del sector vinícola.”
Con Simón Alcantud.

Así que probamos sus magníficos Godeval y Godeval Cepas Vellas, este último un vino para tomar pausadamente por el cuerpo que le otorga su vinificación de 5 meses sobre sus propias lías, y proceder de las viñas más antiguas de su “Mosteiro de Xagoaza”, monasterio que rehabilitaron en 1987 y alrededor de cuyas tierras crecen las uvas que hacen estos grandes vinos.

En sus vinos existe una marcada mineralidad, propia de los terrenos pizarrosos sobre los que crecen las uvas de su viñedo, y unos intensos aromas a manzana o melocotón, que alcanzan otros registros como herbáceos, anisados, té verde o hierbabuena en su Cepas Vellas.
También destacamos algunos vinos elaborados con las variedades tintas gallegas como la sousón o la brancellao, y que nos llamaron la atención en un vino de Bodega Roandi, el Bancales de Moral. Se presenta de un color picota con ribete atejado, y en nariz da notas de fruta en compota, como ciruelas o cerezas, junto con notas avainilladas. En boca es de paso ligero, con cierta acidez y un retrogusto medio con aromas de tostados.

Tuvimos la oportunidad de probar algunos mencías muy interesantes, y nos llamó la atención las posibilidades que puede alcanzar la garnacha tintorera en esta D.O. puesto que obtienen vinos muy afrutados, pero a su vez con cierta acidez y frescura.
Otros de los vinos que esperábamos probar eran los de la bodega Alan del Val, cuya fama les precedía por los comentarios favorables leídos en varios foros y prensa especializada.
Probamos el interesante Godello joven de 2011, con ciertas notas a flores blancas y manzana, ligera untuosidad y carácter seco.
Los tintos de Alan del Val

También pudimos pudimos probar su Escada, elaborado con cepas viejas de más de 80 años de la variedad garnacha tintorera. Ofrece un color picota de capa media-alta y aromas de fruta roja madura (cerezas, ciruelas), especias (clavo y canela) y ligeros tostados. Es un vino corpulento y largo en boca. Se hacen patentes sus 15º de alcohol.
El otro vino tinto que probamos fue el A Costiña 2008, elaborado con uva brancellao 100% y 9 meses en barrica. Dio la casualidad que de las 1500 botellas elaboradas y numeradas probamos la número 1.
Presenta un color rojo granate, de capa poco cubierta, limpio y transparente. Da aromas de fruta roja (fresa, cerezas) y florales como las violetas o las malvas. Es ligeramente ácido, con taninos aún por pulir que le dan cierta astringencia que no molesta, pero que seguramente se pulirán en un par de años en botella y un final medio-largo donde aparecen ligeras notas de puromoro. Un vino a seguir.
En la mejor compañia, con Sol Barrado y Asun Pérez.

La verdad es que nos dejaron todos una buena sensación, la de encontrarnos con una D.O. que tiene los matices de sus cercanas comarcas del Bierzo y de Galicia, pero con la particularidad que le imprime su clima atlántico y el terreno pizarroso.
Deseamos que poco a poco esta Denominación de Origen Valdeorras, siga creciendo y cosechando éxitos, ya que la labor de recuperación y mantenimiento que han realizado de la industria vinícola en esa zona así lo merece.

©Paco Pérez Dolz. Gastrodelia.

sábado, 14 de abril de 2012

Herri Mina 2008. Un vino blanco del País Vasco francés.


Hoy escribiré sobre este vino blanco, Herri Mina, de la AOC Irouleguy, situada en el País Vasco Francés.
Esta zona tiene como curiosidad que es la AOC más pequeña de Francia, con tan solo unas 185 hectáreas de cultivo distribuidas en nueve pueblos. 

Se sitúa tras los Pirineos, no muy lejos de Bayona y se caracteriza por presentar sus viñedos en laderas montañosas inclinadas. A partir de 1950 se retomó el cultivo de viñedos para producción vinícola en esta zona, hasta que en octubre de 1970 se le concedió la categoría de AOC.
Viñedos de la AOC Irouleguy

Este vino en particular, es fruto de la búsqueda que Jean-Claude Berrouet realizó en sus propias raíces familiares, y que le llevó a adquirir un terreno en la zona de donde procedía su abuelo paterno.
Jean-Claude Berrouet

Berrouet ha sido enólogo por más de 40 años del mítico Chateau Petrus, uno de los vinos más afamados y exclusivos del mundo, lo que le ha convertido en una de las leyendas del mundo enológico.




Nota de cata:
Herri Mina 2008
AOC Irouleguy
% Alcohol: 13,5º
Precio medio: Sobre 13 euros en tiendas.
Variedades: Corbu, gros manseng y petit manseng.
Visual: Amarillo dorado, limpio y con abundante lágrima en la copa.
Nariz: Cáscara de cítricos como naranja y limón, levaduras y ciertas notas salinas.
Boca: Ligera acidez muy agradable que hace aflorar y persistir las notas cítricas. Tiene volúmen, es glicérico, y de trago muy agradable. No se hace pesado en boca. Postgusto muy largo, con ciertas notas de frutos secos y herbáceos.
Nos ha gustado mucho, es similar a un txacolí de alta gama y con una RCP fantástica. Un vino muy refrescante, con el cuerpo y acidez justas para disfrutarlo sin cansarse. Tal vez pueda evolucionar en botella un par de años más.
Lo tomamos con unas verduras a la plancha y acompañó muy bien. Estará fenomenal con cualquier pescado o marisco, así como con recetas ligeras de aves.

©Paco Pérez Dolz. Gastrodelia.